Una de las formas más cómodas y divertidas de hacer ejercicio es entrenar en tu hogar. Y es que son muchas las ventajas: te ahorras el tiempo de traslado, no hay desconocidos viéndote mientras entrenas, no tienes que esperar para que alguien desocupe una máquina, no expones tu piel prolongadamente a la inclemencia del sol, no te detienen los días de lluvia y te puedes dar un baño refrescante casi inmediatamente después, en un lugar que sabes que está limpio y es seguro.
Como sabemos que estás motivado para entrenar en casa, hemos recopilado algunos consejos que te ayudarán a empezar.
No gastes en implementos costosos.
No necesitas gastar en costosos equipos para entrenar en casa, ni mucho menos aparatos milagrosos que dicen que te ayudarán a bajar de peso sin esfuerzo.
Empieza trabajando con tu propio peso y luego incluye objetos que ya tienes en casa, como sillas, libros, envases de agua, etc. Necesitarás, además, una superficie segura donde no te deslices. Si no tienes un espacio así en casa, querrás invertir en un tapete para yoga.
Organiza un horario.
No dejes tu entrenamiento para cuando tengas un tiempo libre. El ejercicio solo se convertirá en un hábito si lo incluyes como parte de tu rutina diaria. Busca la hora del día con menos distracciones.
No te recomendamos entrenar luego de las 6 de la tarde porque puede afectar la calidad de tu sueño.
Personaliza tu entrenamiento.
Cada cuerpo es único y así deben ser las rutinas. Busca ejercicios de acuerdo a tu nivel y establece un número de repeticiones de arranque, luego ve superando tus propios récords.
Evita las rutinas estandarizadas de redes sociales o imitar a influencers que no tengan amplia trayectoria deportiva. Ellos no te conocen, no saben nada de tu condición física y salud, así que sus consejos probablemente no se apliquen a ti o puedan resultar perjudiciales si los tomas al pie de la letra.
Estudia la técnica de cada ejercicio.
Un ejercicio realizado con mala técnica puede tener múltiples consecuencias. La menos grave es que simplemente pierdas el tiempo, haciendo movimientos que en realidad no tienen gran impacto a nivel muscular y que nunca llegues a ver mejoras. La más seria es que termines con una lesión o daño permanente.
Revisa diferentes fuentes de información y usa el sentido común para discriminar cuál es la mejor técnica para cada ejercicio. Escucha siempre a tu cuerpo y no sobrepases tu capacidad.
Por último, te recordamos la importancia de una dieta balanceada y una buena hidratación para alcanzar tu meta de sentirte más sano y lleno de energía gracias al ejercicio.
Redacción: Enrique Hernández