¿El fin del negocio de la coca? Lo que nadie se esperaba podría ocurrir.

Internacionales

¿Se puede imaginar saber que es posible que el multimillonario negocio de la coca podría estar camino a su extinción? Esto podría ser cierto en lo que corresponde a Colombia, pero su logro no sería por parte de alguna acción del gobierno o la erradicación absoluta de las plantaciones. La explicación apunta por completo en la dirección contraria y tiene más que ver con el libre mercado de lo que podemos imaginar. Veamos.

Una noticia que nadie esperaba.

Hace cerca de un año, el Washington Post, uno de los periódicos con más credibilidad en los Estados Unidos anunció que el negocio de la coca estaba en caída, afirmación que respaldó con cifras y hechos. Entre ellos, destaca los testimonios de campesinos que llevan años dedicados a cultivar la coca en Colombia, Bolivia y Perú, quienes aseguraron que su fuente de ingreso por este concepto se había ido al fondo, colocándolos en una situación económica crítica. Y no solo los cultivadores. También los productores (las «fabricas» de la droga) tuvieron que reducir la producción por la falta de precursores químicos que permitieran su elaboración, motivado al cierre internacional de intercambio comercial por efectos de la pandemia. Y esto no es todo, hasta los grandes compradores están desapareciendo del mercado lo que es muy mala noticia para el mundillo de la droga.

Un negocio en caída.

Las afirmaciones del Washington Post fueron respaldadas por un estudio del New York University’s Langone Health Center. Según dicho estudio, más del 78% de los adictos indicaron que ya no consumían cocaína. Los que si continuaban consumiéndola, indicaron una disminución en su uso. Sin embargo, la principal razón para lo que pudiera ser el fin del negocio de la cocaína se encuentra en lo que se supone sería su fortaleza: el incontrolado aumento de los terrenos para cultivo ocasionado por la no erradicación y la suspensión de las labores de fumigación.

Esta situación de bajo consumo y aumento en los cultivos se enfrenta a la Ley de la Oferta y Demanda de la cual no escapa ninguna actividad, sea lícita o no. Si la oferta se incrementa un 500% de manera artificial (es decir, no por un consumo real) y la demanda se reduce un 80%, el negocio se acaba. Cualquier negocio.

Legalizar la cocaína ¿fin de la maquinaria criminal de la que se alimenta?

Hay quienes opinan que conviene legalizar la cocaína en este momento, entre los que se encuentra el hijo de Luis Carlos Galán, el candidato presidencial asesinado por Pablo Escobar, el patrón de la droga en Colombia. Consideran que de hacerlo, sería el puntillazo final para acabar con este negocio, ya que sostenerlo bajo estás circunstancia generarían pérdidas, algo que las mafias detestan hacer por lo que lo harían a un lado en búsqueda de cualquier otra actividad aún prohibida y, por lo tanto, lucrativa.

Conclusiones.

Tal parece que la voluntad de los narcotraficantes por extender sus negocios acabó volviéndose en contra de ellos. Aún hay mucho dinero que se mueve bajo la sombra de este flagelo, pero quizás no sea por mucho tiempo más. Sin dinero para pagar a los campesinos para que prefieran la siembra de la coca a la de cualquier otro producto agrícola, se perdería una valiosa mano de obra para los cultivos. Sin cultivos, procesadores ni distribuidores, todo el aparataje internacional se vendría abajo y el negocio de la cocaína pasaría a ser como cualquier otro con impuestos incluidos. Un logro que no pudo alcanzar ningún gobierno ni ejército en todos los años de sanguinaria lucha contra la droga.

Redacción: Luis Alfredo González Pico

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *