Memorial de las Víctimas del Comunismo. Praga. República Checa.

Comunismo: una ideología criminal que se expande como el cáncer.

Internacionales

Cuando se habla del comunismo, por lo general nos referimos a él como un sistema político. Sin embargo, esto podría ser un error histórico si lo comparamos con otros sistemas o ideologías que hoy en día son vistas como actitudes que rayan en lo criminal.

Un poco de historia.

¿Sabía que en 2019, más precisamente, el 19 de septiembre, la Unión Europea situó al comunismo al mismo nivel del nazismo? Así fue. Con 535 votos a favor, 66 en contra y 52 abstenciones, se determinó que ambos regímenes (nazismo y comunismo) «cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones, y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad».

A pesar de lo histórica de esta decisión en la que los parlamentarios de la Unión Europea solicitaron que todos los estados miembros hicieran «una evaluación clara, basada en los crímenes y actos de agresión perpetrados por los regímenes comunistas totalitarios y el régimen nazi», tal parece que no se trató de una noticia de interés para los medios de comunicación los cuales la ignoraron de manera olímpica.

Nazismo y comunismo ¿lo mismo con diferente nombre?

Comencemos con lo obvio: mientras el nazismo es rechazado por la mayoría de las sociedades del mundo entero, el comunismo posee simpatizantes quienes desean implantarlo a pesar de sus desastrosas consecuencias. ¿Por qué esta diferencia de visión ante dos ideologías en verdad muy similares? La explicación podríamos encontrarla en la segunda guerra mundial cuando los aliados tuvieron que buscarse socios incómodos, como fue el caso de Stalin. En este ejemplo, los malos eran los nazis y los buenos (entre comillas) vendrían a ser los comunistas por lo que estos últimos no podían ser criticados de la misma manera que a los primeros, a pesar de que, como bien lo refleja la historia, los rojos resultaron ser bastante peores.

Competencia por diseñar el sistema más inhumano.

Los representantes absolutos de estos dos sistemas son el nazismo y el comunismo, este último con dos representantes: Rusia y China. Ambos sistemas son considerados como los mayores exponentes de la tiranía totalitaria en el siglo XX, con números difíciles de igualar, sobre todo en lo que respecta a las muertes generadas. Por ejemplo, al nazismo se le acuña la muerte de más de 17 millones de personas, la mayoría de ellos judíos, aunque también eran eliminados los gitanos, negros, homosexuales, disidentes, minusválidos y otros más. Eso es algo que se ha repetido hasta la saciedad. Sin embargo, no tiene la misma difusión el hecho de que bajo el régimen comunista de China y Rusia se ha llegado a la brutal cifra de 120 millones de seres humanos eliminados por esta criminal ideología, a lo largo de los años y en la mayoría de los continentes.

Así lo deja ver el excelente trabajo de «Aula Magna», la publicación mensual de la Universidad San Francisco de Quito, del 24 de octubre de 2019, donde se hace un interesante análisis de estos dos sistemas. Allí se indica que en el caso del comunismo stalinista, se creó una hambruna artificial provocando la muerte de entre 2 a 4 millones de ucranianos. El comunismo chino, por otra parte, provocó la muerte de millones de ciudadanos en el proceso de instauración de esta violenta ideología en un intento de destruir toda resistencia a las ambiciones de sus líderes. Para el comunismo, al igual que para el nazismo, matar a los que piensan diferente es sólo una estrategia de dominación política, sin el menor indicio de humanidad o moralidad.

¿Por qué permanece legal una ideología criminal?

Hoy en día, a pesar de que existen muy pocos países de órbita comunista, todos ellos impuestos por la fuerza, pobres y oprimidos, el comunismo sigue siendo tratado como una ideología humanista, ocultado su nefasta ambición de poder a toda costa, mientras que el nazismo, su gemelo ideológico, es tratado como una tendencia criminal siendo prohibida en muchos países. La verdad es que el comunismo, el nazismo y el fascismo son movimientos violentos y criminales que han destruido los países donde lograron asentarse, como es el caso de Venezuela. ¿Qué se necesita para dar el paso de establecer su prohibición? ¿Qué esperan las democracias del mundo para defenderse de lo que es un cáncer con capacidad de destruir países y asesinar a millones de seres humanos?

Conclusiones.

En apenas dos décadas el comunismo acabó con una de las más antiguas democracias de América Latina, como era la de Venezuela, provocando la migración forzosa de más de 6 millones de venezolanos y un estado de ruina total donde los únicos beneficiados son los integrantes del gobierno. Y es que el comunismo, fiel a su hambre de poder, no ha dudado en unirse a movimientos extremistas, grupos violentos y al narcotráfico internacional para alcanzar sus objetivos. La UE dio un primer paso en quitarle la careta a esta ideología asesina. Ojalá que el resto de las naciones comprendan que están otorgando legalidad a una ideología nacida de la ambición, la violencia y el resentimiento. Y que lo comprendan pronto, antes de que los 120 millones de inocentes muertos por los regímenes comunistas pasen a ser una pequeña referencia de los muertos que el comunismo provocará en un mundo que se niega a ver al lobo rojo que se esconde debajo de la piel de oveja.

Redacción: Luis Alfredo González Pico

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